Comunicación e Imagen Pública

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viernes, 6 de diciembre de 2019


Nada es casualidad

Hoy en día las empresas se deben por mucho a la reputación que han construido a lo largo del tiempo. Sin embargo el verdadero reto es que esa imagen sostenida en el tiempo sea la adecuada y la que te ayude a conseguir tus objetivos. Por eso es tan importante hacer un alto en el camino y plantearse tres simples preguntas.

1.- ¿Cómo creo que me ven? Normalmente tenemos muchas hipótesis al respecto, pues hemos recibido comentarios o tenemos resultados que nos permiten tener una idea de cómo nos percibe el mundo; nuestros clientes, nuestros empleados, nuestros socios, nuestra competencia, etc. En este punto mucho vale la pena escribir todas esas ideas que tenemos pues nos servirán como punto de partida.

2.- ¿Cómo realmente me ven? Es común que nos aferremos a ciertos conceptos que nos han hecho llegar hasta donde estamos, sin embargo es importante ser sinceros  y enfrentar la realidad. Para ellos es fundamental trabajar de la mano de un experto para realizar un Focus Group, levantar una encuesta o hacer entrevistas, todo lo que sea necesario para que podamos conocer de forma muy objetiva la percepción que tienen de nosotros, con el simple objetivo de tener elementos para generar una estrategia y crecer. 



3.- ¿Cómo quiero que me vean? Luego del diagnóstico obtenido y del buen trago de realidad es importante diseñar una estrategia de comunicación dirigida a resaltar todas aquellas ventajas competitivas y a trabajar en líneas de acción puntuales que nos permitan convertir todas aquellas cosas que nos ponen en riesgo y nos desvían de la imagen ideal que deseamos construir y sostener en el tiempo.

Sin duda mantener una buena reputación requiere de tiempo y dedicación pero sobre todo de disposición para siempre trabajar en ella, pues nada es obra de la casualidad.